Mi idea se refiere a la necesidad de aumentar el poder del Parlamento Europeo en relación con los poderes ejecutivos para avanzar más rápidamente en la gestión de los riesgos naturales, en particular en lo que respecta a los incendios forestales.
Para ilustrar mi punto, los expertos científicos coinciden ampliamente en que es fundamental invertir en la prevención de estos incendios, ya que, una vez que llegan a la fase de «megafuegos», resultan extremadamente difíciles, si no imposibles, de extinguir con los recursos tecnológicos y humanos actuales.
La investigación científica multidisciplinar ha puesto de manifiesto numerosas consecuencias para las sociedades humanas. Suponen una mayor amenaza para las partes interesadas, incluidos los bomberos, así como para las poblaciones locales, con repercusiones en la vida humana, las propiedades, las empresas y la función económica de los ecosistemas naturales. Los costes sociales, económicos y medioambientales en general son significativos, aunque las estimaciones siguen siendo limitadas. Causan daños sustanciales a las infraestructuras colectivas, como las líneas de energía y comunicación, los sistemas de suministro de agua, las carreteras y los ferrocarriles. Los costes de limpieza y reconstrucción son considerables. Perturban las cadenas de suministro, lo que da lugar a cierres de empresas y perturbaciones del transporte. Esto puede dar lugar a una disminución de los ingresos fiscales, a una disminución de los valores inmobiliarios y a la pérdida de clientes para las empresas locales, como la reducción del turismo en las zonas afectadas por incendios. Estas son solo algunas de las consecuencias: también incurren en costes socioeconómicos, problemas sanitarios, calidad del agua, impactos en los ecosistemas locales...
Sin embargo, he observado que a menudo los poderes ejecutivos tienden a asignar recursos principalmente a las fuerzas de seguridad civil en lugar de invertir en prevención. Esta decisión se basa a menudo en consideraciones políticas a corto plazo, ya que es más fácil para un Ministerio del Interior o para la Comisión Europea desplegar recursos cuando se rompe un incendio, lo que crea la ilusión de una acción inmediata y eficaz. Lamentablemente, este enfoque reactivo ignora la importancia de la prevención, que ayudaría a evitar estas situaciones de emergencia en primer lugar.
Aquí es donde el Parlamento Europeo puede desempeñar un papel crucial. Como institución de debate y consenso, el Parlamento tiene la capacidad única de ejercer un control más estrecho sobre las competencias ejecutivas y promover políticas centradas en la prevención de los riesgos naturales. Al reforzar su posición e influencia, el Parlamento Europeo puede animar a los poderes ejecutivos a invertir más en la prevención de incendios forestales y otros riesgos naturales. Esto también requiere la concesión de la iniciativa legislativa del Parlamento Europeo, de la que actualmente se ve privado.
Por lo tanto, animo a considerar esta propuesta y explorar formas de aumentar el poder del Parlamento en la gestión de los peligros naturales.
Trabajando juntos, podemos convertir a Europa en un líder mundial en la gestión proactiva de los riesgos naturales. Creo firmemente que el Parlamento Europeo, como institución democrática que representa los intereses de los ciudadanos europeos, es el lugar ideal para iniciar este cambio positivo.
Intentar llevar a cabo más actividades de hemiciclo, así como en otros lugares, en lugar de estar fuera en el calor o en el ojo también podría añadir más formas de refrescar, ya que el agua exterior estaba sobrecalentada.