Si los medios de comunicación no proporcionan las fuentes de información necesarias o difunden desinformación, deben ser demandados, y un jurado debe valorar su fiabilidad y dar al medio de comunicación una puntuación de reputación que debe ser visible en la primera página de su sitio web.
Clickbait, titulares engañosos y noticias falsas son los productos indeseables de las redes sociales actuales y el acceso instantáneo a la información gracias a internet. Los incentivos de los medios de comunicación para hacer periodismo están en disarraigo, y se ha roto el código de conducta de los medios de comunicación, todo ello debido a la necesidad de que los medios de comunicación recopilen los ingresos de los anuncios haciendo clic en titulares engañosos para viralizar contenidos envejecidos y a la disminución de la comprobación y recogida de fuentes de hecho debido a las presiones para dar el «scoop».
Para evitarlo, necesitamos un mecanismo que permita demandar a los medios de comunicación sobre la base de malas prácticas en su comunicación de artículos o emisiones de información específicos. Esto debe hacerse de conformidad con un conjunto flexible pero claro de normas periodísticas. Un jurado específico de medios de comunicación debe juzgar el medio de comunicación designado con tiempo suficiente para evaluar el contenido, el uso de la lengua, las fuentes y su impacto en la sociedad.
Tras su evaluación, puede poner un peaje a la reputación del medio de comunicación durante un determinado período de tiempo y de un determinado valor. Este peaje modificará la puntuación media de reputación del establecimiento durante el período establecido por el jurado. La puntuación media de reputación de los medios de comunicación debe ser visible en sus páginas web y en todas las noticias que produzcan, además de servir de parámetro en el algoritmo de las redes sociales para frenar la difusión de redes no fiables en las redes sociales.
De este modo, las empresas de medios de comunicación tendrán un incentivo para proteger sus puntuaciones de reputación que practican un buen periodismo y darán al público más control y tiempo para evaluar las noticias falsas que ponen un precio a la confianza del público en los comportamientos que inducen a error e informan erróneamente al público de una manera más transparente y responsable.
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¡BRAVO!
La educación sexual en mi escuela consistió en una enfermera que se dirigía allí y impartía una conferencia sobre el sexo seguro y sobre cómo llevar un preservativo, y también habló brevemente sobre los STD.
Huelga decir que, lamentablemente, esta conversación rara vez se celebró y se basaba en la heterosexualidad. No se habla de orientaciones sexuales, identidad de género, personas trans, salud mental relacionada con cuestiones de identidad de género (disforia de género, etc.), tantas cosas que deben debatirse...
La perspectiva de la enfermera era correcta en función de la situación. No es experta en el aspecto mental de la sexualidad, ya que muchos más trabajadores sanitarios, por lo que habló del aspecto práctico y ético. Cuando hablamos de reproducción y educación sexual, queremos evitar embarazos e infecciones no planificados, que es nuestra máxima prioridad.
Por lo que respecta al aspecto mental, es necesario otro especialista, un psicólogo que comprenda mejor este tema. Esto también debería debatirse, pero no a cambio de tener menos debate en la parte práctica y médica.